Llama en el mirador de Machu Picchu
En el santuario de Machu Picchu reconocido como una de las maravillas del mundo cuenta con una área protegida con mas de 35 hectáreas que alberga mas de 60 monumentos arqueológicos y entre su fauna encontramos diverso animales cómo
Oso andino: Conocido como oso de anteojos, es el único oso nativo de Suramérica
Puma: Un gran felino difícil de ver, pero importante en la cadena alimenticia del santuario.
Llama y Alpaca: Camélidos sudamericanos domesticados, importantes por su lana.
Cóndor andino: Ave emblemática de los Andes, una de las aves voladoras más grandes.
Gallito de las rocas: El ave nacional del Perú, famoso por su colorido plumaje rojo.
Tucán andino: Ave colorida que habita en los bosques nubosos del santuario.
son animales mus simbólicos y emblemáticos de la cultura andina, se caracteriza con la fertilidad, la prosperidad y la espiritualidad.
Las llamas son animales que son fáciles de adaptarse a fuertes cambios de climas de los Andes
Además, se resalta su importancia económica y cultural, su lana de la llama han sido fundamentales para el desarrollo de las sociedades andinas a lo largo de la historia y hasta el día de hoy.
En la cosmovisión andina, las llamas también tienen un significado espiritual y ritual. Se las considera seres que facilitan la comunicación entre el mundo terrenal y el espiritual, y son parte de diversas ceremonias y rituales, incluyendo ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra) y a los Apus (espíritus de las montañas).
La fibra de llama es más gruesa y no tan suave, pero aún así es útil para la fabricación de alfombras, cuerdas y otros productos.
En el lado comportamiento o temperamento las alpacas son generalmente más tímidas y tranquilas, mientras que las llamas son más independientes y pueden ser más asertivas.
Fibra: La lana de alpaca es conocida por su suavidad, brillo y variedad de teñido de colores sintéticos naturales. Es muy valorada en la industria textil en la region de la sierra , especialmente para la confección de prendas de alta calidad.
Apariencia: Las alpacas en su tamaño son mas pequeñas que las llamas, con un peso que ronda entre los 45 y 79 kg, mientras que las llamas pueden pesar entre 130 y 200 kg. Las alpacas se caracterizan por tener un rostro más corto y una apariencia más lanuda debido a su abundante pelaje, mientras que las llamas tienen un rostro más alargado y poca lana en el rostro y las patas.
Ambos animales son muy respetados y valorados en la cultura andina, no solo por su utilidad práctica sino también por su significado cultural y espiritual.
Las llamas son más conocidas por su capacidad como animales de carga, las alpacas son apreciadas por la calidad de su lana.
Los guanacos no son muy conocidos pero al igual que otros camélidos tiene su importancia ,los guanacos pueden ser vistos como símbolos de la libertad y la vida silvestre de los Andes, dado que son animales salvajes que hasta la actualidad no se domestican fácilmente. Se les considera como ancestros de las llamas y las alpacas, y son respetados por su capacidad para sobrevivir en condiciones climáticas extremas y terrenos difíciles.
Los guanacos también tienen un lugar en la cosmovisión andina, aunque menos prominente que las llamas y las alpacas.
Las Vicuñas desde la época pre histórico desde los primeros recolectores 11000 donde se encuentra evidencia en las pinturas del arte rupestres.
Conservación del Paisaje: Las llamas pastan en las terrazas agrícolas de Machu Picchu, ayudando a mantener la vegetación bajo control y evitando la erosión del suelo. Esto contribuye a la conservación del paisaje histórico.
Desde la época inca, las llamas desempeñaron un rol muy importante tanto para la supervivencia de los incas como para toda su población, ya que eran animales muy importantes y con muchos beneficios que se podían extraer, como su lana, su carne y el mismo animal para llevar cargas en viajes largos.
Hoy en día, en el Santuario de Machu Picchu, podemos encontrar llamas de diferentes tamaños: jóvenes, adultos e incluso crías. Estas ya están domesticadas, son amigables y hasta incluso posan como fotogénicas.
Hoy en día la atracción turística son las llamas se han convertido en una de las imágenes icónicas de Machu Picchu, atrayendo a turistas de todo el mundo que quieren ver y fotografiar a estos animales en su entorno natural.
La presencia de llamas en Machu Picchu tiene un papel que ayuda a preservar la conexión entre la cultura inca y el entorno natural con el santuario, resaltando la importancia de la fauna nativa en la historia y cultura de la región.
Para lograr un selfie perfecto con las llamas en Machu Picchu, es importante tener en cuenta algunos detalles. Estos animales suelen pastar en las áreas verdes durante la mañana, por lo que ese puede ser un buen momento para encontrarlas. Sin embargo, no todas las llamas se encuentran fácilmente accesibles en los caminos turísticos.
Las llamas tienden a moverse por el sitio, pero algunas de ellas suelen estar cerca de los circuitos 1 y 2, así como en las inmediaciones de la Casa del Guardián, donde se obtienen vistas panorámicas del sitio arqueológico. Es importante ser paciente y respetuoso con los animales, manteniendo una distancia adecuada y no intentando tocarlos o alimentarlos.
Para aumentar tus posibilidades de tomar un buen selfie, intenta visitar estas áreas temprano en la mañana, cuando hay menos multitudes y las llamas están más activas. Asegúrate de tener tu cámara lista y ajustada para capturar rápidamente la imagen perfecta cuando se presente la oportunidad. Recuerda también respetar las reglas del parque y el bienestar de las llamas mientras buscas tu selfie ideal.
Durante las primeras horas de la mañana, es posible encontrar llamas alimentándose en el Santuario de Machu Picchu. Se recomienda ser discreto al usar cámaras, ya que el ruido y los movimientos bruscos pueden alterar a los animales y afectar su visibilidad. Si su objetivo es encontrar una llama para tomar una fotografía, es importante tomarse su tiempo y ser paciente. El Santuario de Machu Picchu alberga más de 25 llamas, por lo que las posibilidades de verlas son bastante altas.
Es crucial respetar su espacio y no interferir con su comportamiento natural. Al ser considerado y respetuoso, no solo garantizará una experiencia más agradable para usted y los demás visitantes, sino que también contribuirá a la preservación del bienestar de estas icónicas criaturas andinas.
Muchas de las llamas que se encuentran en el Santuario de Machu Picchu son bastante amigables, ya que forman parte del atractivo del lugar y se han acostumbrado a las frecuentes visitas de miles de turistas. Estos animales se han habituado a la presencia humana, y algunos de ellos incluso han sido acariciados o alimentados por el personal del santuario, siempre bajo supervisión y de manera controlada para asegurar su bienestar y la seguridad de los visitantes. Es importante recordar que, a pesar de su aparente docilidad, las llamas son animales salvajes y deben ser tratadas con respeto y cuidado.
En el Santuario de Machu Picchu, está estrictamente prohibido alimentar a las llamas, una medida que forma parte de una serie de regulaciones diseñadas para proteger tanto a los visitantes como al entorno natural y sus habitantes. Entre las normativas establecidas, se encuentra la prohibición de llevar o ingerir alimentos dentro del santuario, con el objetivo de preservar la limpieza y la integridad del sitio arqueológico.
La razón principal para no dar de comer a las llamas es garantizar su salud y bienestar. Alimentar a estos animales con comida no adecuada para su dieta puede causarles problemas de salud y alterar sus hábitos alimenticios naturales. Además, la interacción cercana con los visitantes al alimentarlas puede provocar cambios en su comportamiento y aumentar el riesgo de accidentes y una de las labores principal del personal de Santuario es la vigilancia y supervisión constante.
Los camélidos y en especial las llamas tienen la capacidad de escupir, estas suelen ser así cuando se sienten amenazadas o molestas. En el Santuario de Machu Picchu, las llamas están acostumbradas a la presencia de turistas y suelen ser bastante dóciles y amigables. Sin embargo, si un visitante invade su espacio personal o las molesta, es posible que una llama reaccione escupiendo como mecanismo de defensa.
Es importante respetar el espacio de las llamas, no intentar tocarlas o alimentarlas y observarlas desde una distancia prudente. Siguiendo estas recomendaciones, es poco probable que los visitantes experimenten este comportamiento por parte de las llamas en Machu Picchu.